El sábado pasado y con motivo de la despedida de soltero (si, otro pobre insensato...) de nuestro buen amigo Chuss, nos juntamos en el restaurante italiano "Tagliatelle", en General Peron. Eramos un buen monton de gente.
Estos somos todos, antes de:
La pobre camarera (vease foto de ella en pleno currele) tuvo gran paciencia con nosotros y demostró mucha simpatía. Según nos sentamos, nos trató a todos de Usted. El tratamiento duró hasta que le dijimos que estábamos de despedida de soltero, momento en el cual se echó las manos a la cabeza y dijo algo del estilo de "Que Dios nos pille confesaos" y nos trató de TU el resto de la noche.
Nos dimos un señor atracón de todo tipo de Pizzas y Pastas, todo amerizado con (si, si, he dicho ameRizado y no amenizado, por los mares y mares de) cerveza y Lambrusco. Fruto de la amerización... quedamos como quedamos... Véanse, señoras y señores!
Naturalmente, ahí no acabó el tema, pero empezaron las peculiaridades, pues segun terminamos el segundo plato y empezábamos el postre (¡¡algunos ni llegamos a tocarlo!!) se declaró un pequeño incendio en la cocina, se empezó a llenar el local de humo y tuvimos que salir por patas. Naturalmente, a dia de hoy, todos negamos haber tenido nada que ver con el incendio...
Una vez en la calle, naturalmente, hubo gente que se marchó directamente y otros fueron marchándose después. Al par de minutos salió un encargado que anunció que si les dabamos unos minutos nos apañaban las cuentas; momento que aprovecharon la mitad de los presentes para recordar que tenían menesteres pendientes alejados de ahí. Al poco, el chico volvió a salir y anunció a los pocos que quedábamos que por las molestias, la gerencia nos invitaba a la cena. Ronda de aplausos y el Rade y Edu que son muy diplomáticos hicieron colecta de los presentes para dejarles algo de propina a los camareros, que currar habían currado como el que mas.
Resuelto esto y recreándonos en la experiencia, cruzamos la calle para el primer entretenimiento de la noche: NEGONE - La fuga de Mazzinia.
Aqui se disputa un juego en el cual eres un preso ingresado en una prisión de alta tecnología de la que debes fugarte. Te dotan de una consola atada a la muñeca en la que deberás ir acumulando armas e instrumentos a tal efecto. En cada sala se te presenta un problema que deberás resolver para conseguir la pieza. La consola sirve como modo de acceso a las pantallas de los enigmas. Además, puedes recoger puntos extras con accesos ocultos.
Los escenarios dignos de quake (bueno, sin tiros y sin lava, vale) te meten de lleno en la historia. La ambientación incluye lasers, suelos que se mueven, iluminación estroboscopica, artefactos y attrezzo variado, redes, escaleras, rampas, tubos de acceso y montones de sitios que saltar, trepar, arrastrarse, etc.
Naturalmente, al salir, ¡hay un bar!
En fin. La noche estuvo plagada de buenos momentos, risas y experiencias curiosas. Desde luego, una noche para recordar.
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